¿De qué trata?: Sota
Tawara de 30 años, es hijo de un dueño de un local de udon. Tras el fallecimiento de él regresa a su pueblo, pero dentro del viejo local de
su padre encuentra a un extraño niño y decide cuidar de él llamándolo Poko, aunque al poco de tiempo descubre que le crecen orejas y cola y resulta ser un tanuki. Es una historia de fantasía en la que el humano
Sota y el tanuki Poko viven juntos, aprenden a conectar con los demás y
maduran.
Opinión: la verdad es que este tipo de animes no me dan ninguna sorpresa y este no ha sido la excepción, es más, tiene un gran parecido al anime de Barakamon por lo que no lo cogí con tantas ganas como pensé en un principio.
Udon no Kuni no Kiniro Kemari tiene un parecido a Barakamon que asusta, pero a la vez al ser Sota quien cuida de Poko diariamente tiene un toque plus de ternura y emotividad que el otro anime no tenía, algo que sin duda le ha salvado del abandono.
Sota comienza como todo protagonista de pueblo que decide escapar a la ciudad para separarse de sus raíces, por lo que pocas sorpresas con su comportamiento encontramos, pero lo que le da algo más que otros personajes de este tipo es que a diferencia de los otros es en la ciudad un "cualquiera". Tiene un trabajo que no le aporta nada y en el que no destaca precisamente, pero como pasa muchas veces el querer aparentar delante de otros a los que crees menos que tú hace que se te hinche el pecho cuando no tienes nada. Y Sota es así, no es nadie pero delante de los del pueblo quiere aparentar más de lo que es, hasta que va descubriendo que la vida sencilla en ese lugar es más de lo que le parecía.
De Poko no hay mucho que decir; es una monada con patas y nunca mejor dicho. A su vez, es gracias a él que Sota se reconcilia con todo; con su padre, el pueblo y con él mismo, lo que desembocará todo en una nueva visión de lo que su vida podría ser si cambiara sus parámetros u objetivos, pero sobre todo en dejar atrás temores y remordimientos de lo que fue y es ahora.
A diferencia del tan nombrado Barakamon o una de mis joyas de este pasado 2016, Amaama to Inazuma, este slice of life es mucho más sentimental, el capítulo final fue muy emotivo y costaba retener las lágrimas por todo lo que se va mostrando y el desenlace del anime, un final precioso y que te deja muy buen sabor de boca a pesar de todo.
En líneas generales, Udon no Kuni no Kiniro Kemari ha sido un anime muy gratificante, con varios personajes y este par de protagonistas se ha formado una historia muy sentimental que te atrapa y te llega a agradar solo con ver el primer de los capítulos. Si a eso le sumamos la animación tan agradable y ese juego con la nostalgia, se puede decir que es un anime de lo más recomendable de ver.
Lo bueno que tiene: el juego de nostalgia y emotividad, así como Poko en sí.
Lo malo que tiene: nada.
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