Phantom of the theatre

¿De qué trata?: Thiller chino que cuenta la historia de un teatro encantado en la ciudad de Shangái (China) en 1930. Durante años los sucesos trágicos no dejan de ocurrirse en el lugar, lo que hace que la gente se aleje del edificio. Una serie de espíritus pertenecientes a un grupo de actores, que murieron durante un incendio 13 años atrás, irán en busca de venganza. De nuevo, la reapertura del local con un gran espectáculo hará que el morbo suscite el interés del público, que acudirá en masa. Muy pronto los crímenes volverán a repetirse.

Opinión: acudí a esta película gracias a ese póster promocional tan atractivo a la vista y que parecía que iba a prometer una trama muy interesante, aunque a lo mejor de miedo no mucho pero para el momento en que la vi no me importaba demasiado. Meeec, película con trampa allá donde las halla.

La trama promete más de lo que es, es más, la película no cuenta prácticamente nada hasta los últimos minutos de cinta, lo que sin duda le resta muchísimo porque para la hora y media que dura en solo unos minutos explicar todo es una salvajada y te deja sensación de haber perdido tiempo de tu vida. La sinopsis te cuenta una cosa, el desarrollo otra y el final algo similar a la sinopsis, hace un batiburrillo más raro y tan mal hilado, que te preguntas como pudo haber salido a la gran pantalla.

A pesar de eso, aún hay peores cosas y que se alejan de lo que es la trama y por lo que desaconsejo esta película mucho, y es la actuación y efectos especiales.

No sé el caché y experiencia que tienen los actores de la película pero dejan que desear mucho, sobre todo aquellos que forman parte de los que hacían de fantasmas porque eran muy malos haciéndose los espectros, pero muy malos, en serio. Uno no sabía si lo que veía eran fantasmas, zombis o unos resacosos en busca de una aspirina para el dolor de cabeza... qué malos eran de verdad. Y ya si hablamos de los efectos especiales solo se viene una palabra a la cabeza: cutres. No eran cutres, cutres, pero sí cutrecillos. 

No sé, hoy en día podemos encontrar efectos de fuego muy buenos, pero aquí metieron unos que parecían sacados del siglo pasado, no llegaban a ser malos del todo, pero sí que dejaban que desear. La ambientación era buena, el vestuario también, pero se ve que en efectos especiales no dejaron un gran presupuesto.

Creo que lo único bueno que he sacado de esta película ha sido el poder hacer una entrada para el blog y poco más, porque más desencantada no he podido salir com Phantom of the theatre. No la veáis, no es buena, ni un poquito... malditos chinos y sus carteles promocionales atrayentes y engañosos. (XD)